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lunes, 13 de junio de 2011

No a la muerte de las lenguas

Escribe: Jaime Barrientos Quispe

Sociedad - 12 jun 2011

El mundo por la hegemonía comercial y tecnológica del idioma inglés corre el peligro de convertirse en una esfera monolingüe, sin matices y de monocorde color pardo oscuro. El autor de este breve ensayo nos advierte de ese peligro y sugiere, después de efectuar una visita panorámica sobre nuestra triste y desalmada historia de desdén idiomático, que es necesario formular un conjunto de propuestas de rescate medio ambiental de las lenguas quechua y aimara y sus peculiaridades de habla local. Llama la atención de los estudiosos de las lenguas andinas y de la realidad plurilingüe peruana, busca convocar voluntades en los educadores bilingües y en los enamorados de su lengua nativa y en todos aquellos animadores sociales y culturales comprometidos con la defensa idiomática y con la reivindicación de las lenguas y de la cultura andina.
   El año de 1997 el lingüista irlandés David Crystal reflexionó en su libro La muerte de las lenguas editado por la Universidad de Cambridge, sobre qué cosas podrían ocurrir si el idioma inglés continuaba creciendo al mismo ritmo o a mayor velocidad. Quizá llegue el día en que sea la única lengua que deba aprenderse y en la que sea obligado comunicarse. Si esto llega a suceder, concluía, será el mayor desastre que padecería el planeta Tierra en toda su historia.
   Ante esa amenazante eventualidad afirmamos que la necesidad de información acerca de la inminencia de pérdida de las lenguas madres y originarias de diferentes pueblos, es urgente, diseñar y aplicar políticas públicas y programas estratégicos que enfrenten y detengan la muerte de las lenguas y eviten que ese indeseado desenlace se convierta en realidad.
   Las diferentes lenguas que en el mundo existen no deben morir por la riqueza intrínseca que poseen y por la variedad expresiva que les es consubstancial. Por tanto, el difícil trance en que se encuentran las lenguas y el peligro de extinción que pende sobre ellas como espada de Damocles debería ocupar un lugar preeminente en cualquier programa lingüístico de conservación del medio ambiente, entendiendo este, no solamente como cuidado ecológico, sino como promoción humana y cultural que afirma identidad y valora las particularidades.
   Las lenguas aimara y quechua en este contexto no son excepción. Al ingresar a un nuevo siglo caracterizado por la gran celeridad en los cambios tecnológicos y por la hegemonía dominante y absorbente del idioma inglés que surge creando nuevos servicios, innovando ofertas, predominando en el márquetin, añadiendo nuevos vocablos a la ciencia, etc., es un deber estar alertas y disponer medidas promocionales y afirmativas de las lenguas madres.
   Por ejemplo, detectamos que en la región Puno aún no valoramos en su exacta dimensión esta amenaza. Hoy en día muchas de las variedades del quechua y del aimara permanecen ignoradas, huérfanas de toda atención y lo que es peor, en peligro de desaparición y muerte. Ante esa inexcusable constatación, es hora de promover una nueva ecolingüística que permita fijar las variaciones idiomáticas en función a territorio, espacio e idiosincrasia, mediante la aplicación de acciones urgentes como levantar mapas idiomáticos y difundir y afirmar sus hallazgos y peculiaridades. Estas acciones deben emprenderse con urgencia ya que es tarea que nos concierne a todos
  
RALENTÍ QUE REVISA LAS POLÍTICAS LINGÜÍSTICAS
Las diversas lenguas que viven en el mundo a través del uso que le dan los pueblos, poseen riquezas propias y lucen gran pluralidad de matices, porque sirven para comunicarnos y nos permiten expresar lo que pensamos, definir y orientar el qué y quiénes somos y abrir abanicos para saber qué sentimos en nuestra relación con el entorno, por ejemplo, cuando describimos el mundo o cuando establecemos relaciones con él para entenderlo y transformarlo. Sin embargo, si hacemos una breve revisión de la historia peruana en defensa de los idiomas nativos, veremos que no hubo políticas lingüísticas diseñadas para promover y defender esas lenguas, detectamos que nunca se elaboró políticas lingüísticas y que sucedió todo lo contrario. El Perú oficial arrinconó y castró sistemáticamente el uso de nuestras lenguas maternas e impidió su desarrollo y expansión y… entonces… Todos los seres humanos que desde la infancia hemos bebido y lactado de nuestra cultura materna a través de la lengua, hemos tenido un crecimiento minorizado, desdeñado y despreciado. Se nos ha impuesto un Perú con idioma diferente al nuestro.
   En el gobierno de los incas, tal como lo señala Cerrón-Palomino en su ensayo sobre Multilingüismo y política idiomática en el Perú, la política idiomática reconocía como única lengua oficial al quechua, en su variante de chinchay sureño, en calidad de “lengua general”. Su conocimiento era obligatorio por parte tanto de la nobleza local, como de los funcionarios, los miembros del aparato administrativo y los mercaderes. El uso oficial de la lengua en las esferas propias del gobierno y la administración no excluía el empleo de las lenguas o dialectos particulares propios de las diferentes etnias. El aprendizaje de la lengua se hacía por inmersión social mediante el traslado de los futuros gobernantes locales a la metrópoli.

POLÍTICA IDIOMÁTICA COLONIAL
La invasión española fue violenta y traumática porque significó la interrupción del desarrollo autónomo de la civilización andina e impuso el inicio de una etapa de dependencia respecto del poder foráneo. La "distancia tecnológica" entre la cultura impuesta y la nativa fue tan grande que el mundo andino fue subsumido con la cruz y la espada dentro de un nuevo orden establecido con criterios de fanatismo religioso, de visiones conservadoras y arcaicas.
   La unidad política y cultural alcanzada por los incas se quebró y quedó trunco el ensayo de unidad idiomática perfilada a través de la difusión del quechua general. En ese escenario el conquistador se interrogó: ¿En qué lengua debía conducirse la conquista espiritual de la masa aborigen? Sólo cabían dos opciones o se empleaba el castellano o se utilizaba la lengua propia de los indios.
    Pese a que La Doctrina de 1584 buscó normalizar el empleo de un solo texto de catequización y bajo su patrocinio se redactó cartillas, catecismos y confesionarios y se creó cátedras y catedrillas de quechua, no funcionó a cabalidad la propuesta y el quechua inició su declinar histórico. Ni qué se diga del aimara y otras lenguas. Sin embargo hubo experiencias sugestivas que se dieron una en la propia Catedral de Lima construida a principios de 1551 y concluida el año de 1571 y otra en la universidad de San Marcos donde las lenguas elegidas para la catequesis fueron naturalmente las "mayores” como el quechua, aimara y puquina.
   En 1770, Carlos III ordenó en su conocida Cédula de Aranjuez la castellanización obligatoria de los naturales de América, Filipinas e incluso, dentro de la propia península española, afectando a los catalanes.
   Esta imposición, fue expresamente dada para el Perú, tras la revuelta de Túpac Amaru en 1780, cuando Carlos III prohibió el uso del quechua en la escuela. A raíz de ello cobró nuevo impulso la “castellanización”, confiada a sacerdotes seglares, menos interesados que los jesuitas y dominicos en la vida y tradiciones indígenas. A pesar de esta imposición, muchos grupos se resistieron y persistieron en el uso de su propia lengua, interrumpiéndose la comunicación, en tanto que no hubo un vehículo idiomático que fuera compartido por el grupo dominante frente al dominado y viceversa.
   Por lo tanto, la tragedia para las lenguas andinas y para la milenaria cultura del Perú, empezó el 29 de marzo de 1784, cuando el Virrey Agustín de Jáuregui y Aldecoa, abolió la enseñanza del quechua, y dio un plazo de 4 años para el exterminio total del quechua hablante; también prohibió el uso de ropas, danzas y cantos nativos. El horizonte lingüístico se modificó abruptamente. No solo se impuso el castellano como lengua dominante sino que se desvistió a los indígenas despojándoseles de su vestimenta típica y propia y obligándoseles a usar los atavíos y vestidos peninsulares, en usos y costumbres que duran hasta hoy. También se afirmó el poderío colonial en todo el territorio peruano, lo que no duró sino hasta 1821, pero que respecto a las lenguas nativas persiste hasta hoy e inclusive con mayor crueldad cultural.
  
POLÍTICA IDIOMÁTICA REPUBLICANA
El proyecto de castellanización compulsiva se tradujo en medidas tales como la creación de escuelas rurales donde los “indios” debían estudiar obligatoriamente, pero en idioma diferente al suyo. El proceso de ‘castellanización’ fue brutal y descomunal y fue causante de una serie de discriminaciones en los dominios sociales, económicos, políticos, culturales y lingüísticos. En lo lingüístico la castellanización condujo a la distorsión y relegamiento paulatino del aimara y quechua, haciendo que sus propios hablantes califiquen a su lengua como de “bajo prestigio”, “de mal hablado”, “de mala calidad”, etc., inclusive ahora continúan ofreciendo denominaciones como “feo”, “agramatical”, “anticientífico”, etc., para justificar su alejamiento del idioma materno. Lo más deplorable es que hoy a las lenguas andinas se las asocia y une con pobreza, es decir quienes hablan esas lenguas son personas pobres y de segunda categoría que ni siquiera sirven para efectuar buenos trabajos. La castellanización y evangelización despersonalizaron a quechuas y aimaras y como consecuencia de esa aculturación, ha surgido un proceso de auto odio y de alienación cultural.
   La creación en el Perú de dos repúblicas, una la “república de los blancos” y otra la “república de los indios”, es hasta hoy una de las causas para que subsistan y afloren con fuerza inusitada elevados tintes y grados de discriminación hacia las lenguas andinas y amazónicas y hacia quienes aún las usan. Recordemos la publicación que realizó el diario Correo el 23 de abril del año 2009, donde en primera página y en la sección de “Política y en el editorial del director” se cuestiona el nivel cultural, la ortografía y sintaxis en castellano de la congresista quechua hablante Hilaria Supa. El director de ese medio de prensa, Aldo Mariátegui calificó de ignorante a la congresista y afirmó que ella escribía peor que niño de ocho años. Dijo también que estaba siendo “generoso” al decir que la instrucción de la congresista era elemental. Obviamente la “pataleta cultural” del diario configuró un declarado acto racista y de discriminación lingüística en pleno siglo XXI, pese a que en el Perú se pondera la igualdad y se habla de equidad y de derechos lingüísticos. A decir verdad, el racismo moderno surgió desde el Renacimiento, se amplió con la conquista de América y continuó en sendos procesos de genocidio cultural de los pueblos indios a los que para ser, estar, permanecer y adquirir valor, se les obliga a asemejarse a la cultura dominante. En la actualidad, el racismo se evidencia en que la población “blanca” que es la culturalmente dominante, ha impuesto valoraciones y normas de conducta que discriminan a los mestizos y sobre todo a los indígenas, con formas de exclusión violenta, de sometimiento radical, de odio extremado y de difamación exagerada hacia el “otro”.
   Por otra parte, los invasores dejaron como herencia una “raza” de mestizos que en la práctica y a menudo no son más que indígenas que se niegan a sí mismos y no asumen su condición cultural por temor al estigma que pesa sobre su identidad y la discriminación que hacerlo conlleva. Se apela al término mestizo por temor a reconocerse como indígena que asimiló aportes de la cultura occidental. Lo indígena es visto así como un pasado romántico del que nadie se hace cargo de un modo personal, identificándose como tal. Es preciso enterrar el viejo esquema del “crisol de razas”, embuste ideológico que sirvió para negar la persistencia de tradiciones culturales diferentes y convertir a la hibridez en motivo de jactancia, tal como lo sustenta Colombres en su libro América como civilización emergente.
  
SITUACIÓN ACTUAL DEL AIMARA Y QUECHUA
Como resultado de los mecanismos de dominación colonial y republicana, la sociedad andina y las comunidades selváticas fueron desestructurándose y sin pausa han ido asimilándose a la cultura castellana. El lingüicidio corrió parejo con la política etnocida y genocida de los grupos gobernantes. Recordemos que la invasión española no sólo fue una empresa de carácter militar sino también fue acometimiento y hasta atrevimiento religioso. La propagación de la fe católica fue el poderoso argumento que legitimó el abuso y la dominación física y moral del “indio”. Con la cruz y la espada se sojuzgó a los nativos del Perú
   La situación actual del quechua y del aimara es la de ser lenguas venidas a menos, en franco retroceso en relación con el castellano. En muchos casos, se trata de lenguas menospreciadas incluso por sus propios hablantes. El uso de estas dos lenguas está confinado al nivel familiar y doméstico. La enseñanza alcanza solo al nivel básico de educación primaria. El Atlas of the World’s Languages in Danger– UNESCO 2010 presenta los siguientes datos demográficos de hablantes quechuas y aimaras. En Argentina se denomina al quechua, quichua existen 6,739 hablantes; en Bolivia 2, 530,985 hablantes; en Colombia que toma el nombre de Inga y no quechua, hay 19,079 hablantes; en Chile 6,175 hablantes; en Ecuador que toma el nombre de qichua existen 499,292 hablantes; y en el Perú hay 3, 214,564 de hablantes, haciendo un total de 6,276, 834 hablantes quechuas en los seis países de América del Sur.
   En cuanto a los hablantes aimaras en Argentina existen 4,104 hablantes; en Bolivia 2, 001,947 hablantes; en Chile 48,501 hablantes; en Perú, 440,816 aimaras. Todos suman un total de 2, 465,368 aimara hablantes.
   Tal como lo señala David Cook en su libro La catástrofe demográfica andina. Perú 1520-1630. Fondo Editorial PUCP, en el momento de la conquista la población indígena en el territorio del Perú actual era de nueve millones de personas, pese a los siglos transcurridos la población indígena aún existe, pero cada vez en franco proceso de desaparición y con ellos también sus lenguas andinas.

RUPTURA INTERGENERACIONAL
Hoy las lenguas andinas padecen procesos de desplazamiento y arrinconamiento por su contacto con lenguas colonizadoras como el español, portugués o inglés. Nutridas investigaciones sobre el tema coinciden en que uno de los elementos medulares para que exista esa ruptura se debe a que no hay transmisión intergeneracional del idioma entre padres e hijos. Esta realidad de ruptura intergeneracional es el principal factor que coarta y limita la vitalidad lingüística, tal como lo precisa Hagège en su libro “No a la muerte de las lenguas”. Es decir, si en la comunicación familiar durante la socialización de los niños se introduce una lengua foránea y hegemónica, que para el caso es el castellano, como medio de comunicación vehicular cotidiana, entonces se desprende que la lengua minoritaria aimara o quechua se encontrará en inminente peligro de desaparición. Este hecho arrastra consecuencias tales como en primer término el envejecimiento del idioma porque quienes lo hablan son mayormente ancianos o adultos mayores y en segundo término que un escaso número de niños la adquieren como primera lengua. Por tanto, la ausencia de nuevos hablantes nativos del aimara o quechua es considerado como real y sombrío pronóstico para la futura supervivencia de esas lenguas.

PREJUICIO Y RACISMO LINGÜÍSTICO
El prejuicio lingüístico es un prejuicio social y cultural. Creemos que el combate al prejuicio lingüístico pasa principalmente por las prácticas escolares. Es necesario que los maestros tomen consciencia de la situación y no asuman el rol de difusores y mantenedores del prejuicio lingüístico y la discriminación. El prejuicio cultura es más antiguo que el propio cristianismo. La lengua es instrumentalizada por los poderes oficiales como mecanismo de control social. Dialecto y lengua, habla correcta e incorrecta, lengua útil o lengua inútil, lengua dulce o lengua áspera, son conceptos que se escuchan a diario y con ello se muestra la ideología de exclusión y de dominación política a través de la expresión oral y aún escrita, tan difundida y promovida por las sociedades occidentales.
   En este contexto, veamos un caso, publicado por el diario El Comercio de Lima del 20 de febrero del año 2009 en la que se difunde un comentario sobre la lengua quechua escrito por Juan Vera y se lee: ¿Que se enseñe en los colegios el quechua?? Ni siquiera se enseña bien el castellano, y menos aun lo hablamos bien. Que se enseñe el quechua en institutos y el que desea aprenderlo como cualquier otro idioma que lo haga, pero no como una obligación, pues no tiene ninguna utilidad actual. Seamos realistas. Hablo inglés y francés y me fue muy útil en mi profesión por el acceso a la información. Lamentablemente los pueblos que hablan quechua en nuestra sierra no pueden avanzar en su educación porque no hablan español y eso les limita su desarrollo. Enseñémosles el español para darles una oportunidad de desarrollo.
  El autor de este texto fortalece los prejuicios y maximiza la discriminación por razones políticas y de diversidad de clases sociales. En el fondo de su argumentación expresa que las lenguas de los pueblos indígenas no son adecuadas para expresar los valores de las sociedades occidentales intelectuales. Además, apela a los prejuicios sobre origen, futuro y comparación de las lenguas antiguas y actuales, puesto que implícitamente dice que las lenguas antiguas y actuales correspondientes a sociedades poco avanzadas, son primitivas. Remata en su comentario que hay lenguas útiles e inútiles. Las que son de comunicación y las que no lo son.
   Sin embargo, encontramos ejemplos más didácticos sobre prejuicios lingüísticos, tal como lo señala el lingüística de origen catalán Jesús Tusón en su medular producción Los prejuicios lingüísticos, cuando afirma que decir “El alemán es áspero”, “el quechua es dulce”, “el francés es musical” son ejemplos de prejuicios lingüísticos propios de una “desviación de la racionalidad que, casi siempre, toma la forma de un juicio de valor o bien sobre una lengua (…) o bien sobre los hablantes de una lengua”.
   Otro de los temas recurrentes es que se afirma que las lenguas andinas son dialectos. Referirse a ellas como tales es peyorativo y es un prejuicio lingüístico, y, como bien señala Tusón, ésta es una muestra del racismo orientado a las lenguas. Esta distinción perversa entre lenguas y dialectos ha calado hondo en los propios hablantes que llegan a afirmar que lo que ellos hablan “son dialectos y no lenguas verdaderas”, y por eso rechazan que sean enseñadas en la escuela. Esto ha generado que unos hablen ‘bonito’ y otros hablen ‘feo’. Es decir unos hablan erráticamente y otros correctamente. Pero la pregunta es ¿Según quién?
   Es a partir de la confrontación entre la manera de hablar de las personas y de esa lengua codificada, que surgen los conflictos lingüísticos. La persona, al comparar su modo de hablar con aquello que aprende en la escuela o con lo que es codificado, ve la distancia que existe entre esas dos entidades y piensa que su modo de hablar es feo y errático. Cualquier tipo de imposición lingüística acaba generando un efecto contrario que es la auto regulación lingüística o la promoción de un prejuicio lingüístico por parte de las capas sociales dominantes.
   Otro tema es que el aimara y el quechua están asociados a la pobreza, en consecuencia quien habla aimara o quechua es “pobre” y su lengua no tiene valor económico. Todo ello delinea los rasgos de racismo lingüístico pese a que la lengua aimara o quechua son forjadores visibles de identidad y de riqueza cultural. Los aimaras y quechuas son pueblos con lengua, identidad y cultura propia que puede vivir con todas las culturas.

AIMARA Y QUECHUA SON CULTURA SIN LENGUA
Si uno de los factores potentes del ocaso de las lenguas andinas es la no trasmisión de la lengua de los padres hacia los hijos, el panorama lingüístico en nuestra región es sombrío y alarmante. No pasaran ni cincuenta años, en que los aimaras y quechuas nos quedaremos con “cultura” pero sin lengua, al igual que nuestros hermanos de la Isla de los Uros, que se reclaman Uros, pero lo hacen en castellano, puesto que, ya casi nadie habla la lengua Uro. Pese a ser Puno una región trilingüe, aunque hayan poquísimas personas que hablan castellano, aimara y quechua. También, es cierto que existe una bolsa significativa de hablantes monolingües de castellano. La apuesta sería por establecer un modelo tetra lingue donde todas las personas aprendamos aimara, quechua, castellano y una lengua extranjera que puede ser inglés, francés, árabe, portugués, que ya son exigencia del MERCOSUR o de UNASUR para las lenguas extranjeras. Sin embargo, no olvidemos que las lenguas están asociadas al poder político, sino miremos al inglés, lengua predominante en el mundo y de cómo el modelo del “sólo-inglés” americano está dominando cada vez más espacios sociales.

PUNO Y LA NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA
No obstante, ante tan negro panorama se vislumbra algo positivo y es la normalización. Tenemos que las instituciones de la región Puno, sobre todo las de carácter político-administrativo, las educativas y muchas sociales, hacen esfuerzos denodados, pero separados en el proceso de normalización lingüística del aimara y del quechua, hecho al que, felizmente, no son ajenos los medios de comunicación local.
   El proceso de normalización lingüística ya se viene aplicando en el sistema educativo regional, pero aún es raquítico y con una serie de problemas programáticos y logísticos. Sin embargo, se tiene un perfecto aliado en los medios de comunicación local de radio y televisión en el que se aplican cuotas de uso oral del aimara y quechua por horas o tipo de programas que fomentan la normalización lingüística. Fórmulas no necesariamente homogéneas para toda la región, pero que tienden a la normalización y equilibrio del uso de la lengua aimara y quechua que se encuentran en situación frágil y sensible.
   Cuando hablamos de la normalización de una lengua hacemos alusión a la recuperación de su status de lengua “normal”, es decir, de lengua cuyo uso oral y escrito sea fluido, natural y espontáneo en cualquiera de las situaciones que se pueden producir en la vida pública y personal de sus hablantes.
   Es importante remarcar que cuando hablamos que la normalización social de una lengua necesariamente pasa por la normativización del idioma. En ese sentido, Ramón d’Andrés Díaz en su trabajo “Los procesos de normalización de las lenguas”, señala que: “La normativización es la fijación del código lingüístico para adecuarlo a las necesidades de normalización social. Muy frecuentemente, la normativización es indisociable de la estandarización, que consiste en la elaboración de una variedad o dialecto específico. Cuando una lengua no está normalizada socialmente, se utiliza exclusiva o predominantemente de manera oral en el ámbito familiar. En ese estado primario la lengua no tiene más manifestación que la multiplicidad dialectal; lo que para una lengua normalizada es un aspecto más de su realidad, para una lengua no normalizada es su única realidad. Además, una lengua no normalizada se usa única y preferente en registros orales informales, por lo que no está capacitada para desarrollar sus capacidades en registros o temas elaborados. La normativización surge por la necesidad de normalizar socialmente. Por tanto, si una lengua no se normaliza, no se normativiza”.
   No podemos estar más de acuerdo con estas afirmaciones. Para que una lengua pueda tener futuro y que sea posible su desarrollo como vehículo para la comunicación general, en otros niveles distintos del familiar y coloquial, es preciso la normativización. Según apunta d’Andrés, la normativización tiene dos grandes dimensiones: 1) Fijación de normas lingüísticas de tendencia unificadora, para que a ellas se acojan todos los usuarios de la lengua, lo que conlleva necesariamente atribuir la corrección a unas formas sobre otras, aunque no haya razones de tipo glotológico que sustenten tal concepto de corrección, y 2) Estandarización, que implica la elaboración de una variedad o dialecto nuevo de la lengua, que sirve de referencia común al resto de dialectos, y que suele ser primariamente escrito.
   Hoy, casi todas las lenguas habladas en el territorio peruano se encuentran normativizadas y en proceso de normalización. Dejando al margen el castellano cuyo proceso de estandarización y normalización social se ha visto favorecido por su secular carácter de “lengua oficial”, podemos observar que en los últimos 150 años se ha producido un importante proceso de recuperación y dignificación de otras lenguas minoritarias.
   Ahora bien, ¿es posible normalizar el aimara y el quechua? ¿Ha habido algún precedente? ¿En qué situación nos encontramos? ¿Cómo se ha llevado a cabo este proceso de normalización con otras lenguas similares a las nuestras?

ALCALDE BUTRÓN CASTILLO IGNORA LA GRAMÁTICA DE LOS IDIOMAS NATIVOS
Hace 26 años que las lenguas aimara y quechua gozan de un alfabeto unificado (RM. Nº 1218-85-ED) que les otorga status lingüístico e igualdad de condiciones con las lenguas del mundo. Sin embargo, pese a tener un alfabeto oficial, los usuarios, aficionados, amantes de la lengua aimara, los mismos aimaras y quechuas no escriben ciñéndose a las normas ortográficas de esta lengua, al contrario, la violentan y escriben de “cualquier manera”’, pero como el aimara y el quechua no tiene status ni valor económico nadie dice absolutamente nada.
   Para el caso veamos un ejemplo. En el frontis de la Municipalidad Provincial de Puno, aparece la palabra Municipalidad Provincial de Puno escrita en quechua Llaqtaq wasin Puno suyupi y en aimara Puno suyumarka camachirinakana utapa. Nos parece una incursión visionaria y un hecho natural de revitalización lingüística hacia nuestras lenguas andinas propiciadas por el entorno del alcalde de Puno, Luis Butrón Castillo en letrar y nombrar oficinas y dependencias de la Municipalidad de Puno con nombres aimaras y quechuas.
   Sin embargo, podemos percibir que para el caso aimara, se lee Puno suyumarka camachirinakana utapa, la palabra compuesta camachirinakana empieza escrita con la consonante c del castellano o español, que según el Diccionario de la Real Academia Española es la Tercera letra del abecedario español y del orden latino internacional, que representa, ante las vocales e, i, un fonema consonántico fricativo, interdental, sordo, identificado con el alveolar o dental en zonas de seseo, y en los demás casos un fonema oclusivo, velar y sordo. Su nombre es ce. En tanto, que la consonante k, es la séptima letra del alfabeto aimara, es una consonante oclusiva, velar simple, sorda. Su nombre es ka. De acuerdo al alfabeto aimara se debería haber escrito kamachirinakana y no camachirinakana, este hecho desluce toda la buena intención de recuperación lingüística propiciada por burgomaestre puneño.
   Hay otro detalle. El lingüista Cerrón-Palomino lanzó una sugestiva hipótesis de que la tipología y la estructura lingüística del quechua y aimara son paralelas y transitan por una sola vertiente que él denomina quechumara. Pues bien, desde esa lógica la frase que aparece en el frontis de la Municipalidad Provincial de Puno, rompe la armonía lingüística entre esas dos lenguas andinas; en tanto que el traductor o escritor quechua traduce o escribe enfatizando el carácter institucional, colectivo e integrador del mundo andino, mientras y por el contrario el traductor o escritor aimara realza el carácter personalista de los que dirigen la institución. Veamos:


- Llaqtaq wasin Puno suyupi, que traducido al castellano significa “La casa del pueblo en la región Puno”.
- Puno suyumarka camachirinakana utapa: “La casa de las autoridades de la región Puno”
- Kamachirinaka: Cuestiones de forma y significado


Partimos de la palabra kamachiña que en aimara es un verbo transitivo que semánticamente significa ‘Mandar. Dirigir, ordenar’. Agregado el sufijo –iri, que actúa sobre la flexión verbal y convierte el verbo en sustantivo con significado del actor que realiza la acción habitual o que está en el estado que se indica. En el aspecto semántico el sufijo –iri cumple la función de indicador de acción, agente, acción habitual. Por lo tanto, tendríamos la palabra kamachiri que traducido al castellano vendría a ser la “persona que dirige, que ordena o que manda”. Como la lengua aimara es aglutinante, se agrega el sufijo –naka, plural o pluralizador, sufijo nominalizador enfático, tendríamos la palabra kamachirinaka, que traducido al castellano sería “personas que dirigen, que ordenan o que mandan”. Por último, tenemos la palabra kamachirinakana, que recoge el sufijo nominal –na genitivo sufijo nominal, posesivo y locativo, de posesión que traducido al castellano significa ‘de, en’. Por tanto, esta frase se leería ‘de las personas [autoridades] que dirigen, que ordenan o que mandan’.
   Desde hace ya algunos años en la enseñanza de lenguas se ha planteado la necesidad de integrar, en todos los enfoques comunicativos que se formulan, lo que se denomina “conciencia lingüística” que es el conocimiento explícito acerca de la lengua y la percepción y sensibilidad conscientes al aprender la lengua, al enseñarla y al usarla, o también de “reflexión sobre la lengua y la comunicación”. Lo que queremos es simplemente llamar la atención, de que cuando se aborde el tema desde la perspectiva de los hablantes se adopte un enfoque práctico directamente relacionado en el día a día y en el uso normal de la lengua y su conciencia lingüística, justamente para no cometer los errores que líneas arriba se analizó. La diversidad lingüística constituye un valor importante en la conciencia lingüística, porque es señal de identidad en un mundo globalizado y no de una muerte anunciada. Si queremos la pervivencia y vigencia de nuestros idiomas madres, procedamos con criterio, rectifiquemos errores y delineemos las estrategias para que el aimara y quechua surquen por la senda de sus afirmación y extensión.

BAJADO DE http://www.losandes.com.pe/Sociedad/20110612/51087.html

lunes, 26 de julio de 2010

Un datito Moche

Infografía: conozca el último refugio de los moches


Una duna se engarcó de proteger durante siglos este templo donde se han encontrado vestigios de ofrendas de una sociedad que posiblemente enfrentaba sin´éxito los embates de la naturaleza


                                                                                                  Domingo 25 de julio de 2010 - 01:25 pm
                                                                                                                            Por Wilfredo Sandoval
                                                                                                                         Infografía: Raúl Rodríguez

Hace ocho meses el lugar parecía uno de los cientos de montículos arqueológicos que se hallan diseminados en Lambayeque. Hoy, después de retirar toneladas de arena, ha emergido uno de los escenarios donde hace más de 1.300 años los integrantes de la élite moche presidieron sacrificios humanos y fastuosas ceremonias. Estos hechos quedaron grabados en los muros de los altares y en un extenso corredor de 70 metros, que conduce hasta la plataforma principal del templo.
   El arqueólogo Manuel Curo explicó que las investigaciones desarrolladas han permitido tener un mejor entendimiento de lo que significaría el monumento arqueológico. “En muy pocas oportunidades habíamos tenido la oportunidad de encontrar en un mismo escenario la representación de ceremonias de alto contenido religioso, encabezados por los sacerdotes y dignatarios. Las representaciones constituyen el fiel reflejo de los elementos existentes en los edificios excavados”, aseveró.
   El codirector del proyecto, Carlos Wester, explicó que Huaca Bandera fue el escenario donde en una o varias oportunidades los personajes de la élite llegaron para presidir rituales de sacrificios humanos como parte de una ceremonia vinculada con la fertilidad o quizás con la inmolación de prisioneros de guerra.
  
BAJADO DE http://elcomercio.pe/noticia/613686/infografia-conozca-ultimo-refugio-moches

jueves, 22 de julio de 2010

Un datito sobre Prado y su traición

Mariano Ignacio Prado, el presidente que desertó del Perú el día de su cumpleaños.- La traición del capitalista original del oligárquico Imperio Prado








“El viaje del general Prado no significa más que una vergonzosa deserción.”

El Comercio, Lima, 19 de diciembre de 1879 (1)

El jueves 18 de diciembre de 1879, alrededor de las 4 de la tarde, el presidente en ejercicio del Perú, Mariano Ignacio Prado, abandonó el país con rumbo a Panamá. Desertó de sus funciones tras ocho meses de fracasos en la guerra con Chile y en medio del correspondiente descontento popular. Fugó en el vapor-correo Paita, de la compañía inglesa Pacific Steam Navigation Company, cuya partida hizo demorar de las 10 de la mañana a las 4 de la tarde con el fin de posibilitar su embarque. (2) Prado huyó del país el día que cumplía 53 años de edad.
   Mariano Ignacio Prado partió del Perú sin aviso previo y sin levantar sospecha que fugaría. Así lo informó el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos en el Perú, Isaac P. Christiancy en comunicación al Secretario de Estado de los Estados Unidos, William M. Evarts. Durante la mañana y el mediodía del día 18 de diciembre, el presidente despachó como de costumbre en el Palacio de Gobierno, recibiendo el saludo de cumpleaños de funcionarios civiles y militares. A las 3:05 de la tarde abordó en la Estación de Desamparados el tren al Callao, en compañía del presidente del Consejo de Ministros y ministro de Guerra Manuel de La Cotera y Adolfo Quiroga, ministro de Justicia e Instrucción. Cuando llegó al Callao, la gente que lo vio creyó que había venido para inspeccionar el cuartel y fortificación del puerto.
   Carta del embajador de EE.UU., Isaac P. Christiancy, al Secretario de Estado Evarts informando sobre la deserción del presidente Prado. Christiancy remarca que la resolución del Congreso utilizada por Prado para su viaje lo autorizaba a comandar los ejércitos peruanos en los países al sur del Perú (Bolivia y Chile). La misiva está fechada 23 de diciembre de 1879 (3).
   Despedida del desertor

Al escapar del país en guerra del cual era presidente, Mariano Ignacio Prado dirigió la siguiente proclama (2). El documento circuló en Lima la noche de su abandono de funciones, es decir el 18 de diciembre de 1879:



El Presidente Constitucional de la República a la Nación y al Ejército:

Conciudadanos: Los grandes intereses exigen que hoy parta para el extranjero, separándome temporalmente de vosotros en los momentos en que consideraciones de otro orden me aconsejaban permanecer a vuestro lado.
   Muy grandes y muy poderosos son, en efecto, los motivos que me inducen a tomar esta resolución. Los motivos que me deciden son en efecto muy grandes y muy poderosos.
   Respetadla, que algún derecho tiene para exigirlo así el hombre que, como yo, sirve al país con buena voluntad y completa abnegación.
   Soldados: Si nuestras armas sufrieron parciales desastres en los primeros días de noviembre, el 27 del mismo se cubrieron de gloria en la provincia de Tarapacá. Seguro estoy de que en cualquiera circunstancia imitaréis el ejemplo de vuestros hermanos del Sur.
   Peruanos: S. E. el primer vicepresidente de la república queda encargado del poder ejecutivo conforme a la ley. Os recomiendo prestéis a sus actos toda vuestra cooperación.
   Al despedirme os dejo la seguridad de que estaré oportunamente en medio de vosotros.

Tened fe en vuestro conciudadano y amigo.

Mariano Ignacio Prado





Lima, diciembre 18 de 1879
El encargo de la presidencia


Junto con la anterior proclama, Prado hizo circular un decreto en el que encargó la presidencia del país al vicepresidente general Luis La Puerta, un hombre de 68 años de edad y que era voz populi que se encontraba enfermo. El decreto fue el siguiente:
   Decreto redactado por el propio Prado encargando el ejercicio de la presidencia de la república al vicepresidente, general La Puerta. Nótese en el documento la firma de Manuel González de la Cotera (Presidente del Consejo y Ministro de Guerra). También suscribieron el instrumento legal los ministros Buenaventura Elguera (Gobierno), Adolfo Quiroga (Justicia e Instrucción) y José María Químper (Hacienda). La inclusión de este último implica que el viaje de Prado originó erogaciones al Fisco Peruano.

 El pretexto de la fuga
Prado intentó justificar su salida del país en la supuesta necesidad de efectuar personalmente en Estados Unidos y Europa las gestiones para la compra de armamentos y la adquisición de una escuadra. Así lo confirmó en su Manifiesto el ministro de Hacienda de Prado, don José María Químper (4).

La supuesta licencia del Congreso para el viaje de Prado
Mariano Prado defendió la viabilidad legal de su viaje acudiendo a la resolución del Congreso del 9 de mayo de 1879, en la que se le concedió “licencia al Presidente de la República para que, si lo juzga necesario, pueda mandar personalmente la fuerza armada y salir del territorio nacional”.
   Dicha resolución fue adoptada en mayo de 1879 –a un mes y cuatro días de iniciada la guerra– cuando Prado y los parlamentarios suponían que bajo su mando directo –in situ– las fuerzas armadas del Perú realizarían un avance arrollador sobre el enemigo. Como Director de la Guerra, el héroe del 2 de mayo, Mariano Ignacio Prado, tendría que ingresar a los territorios de Bolivia y Chile, persiguiendo al enemigo en fuga. Es con ese fin exclusivo –comandar las fuerzas peruanas en el exterior– que el Congreso aprobó la salida de Prado del territorio nacional. Nótese, además, que la redacción del documento usa la expresión "salir del territorio nacional" y no la frase "viaje al exterior".
   Por las anteriores consideraciones es que puede afirmarse que el viaje de Prado asumió el carácter de deserción. Prado recibió autorización del Congreso para “mandar personalmente la fuerza armada y salir del territorio nacional”. No recibió autorización para “salir del territorio nacional con el fin de comprar armamentos”.
   Al fugar del país, Mariano Prado violó el artículo 95 de la Constitución Política del 10 de noviembre de 1860, que prescribía que el Presidente no podía salir del territorio de la República durante el periodo de su mando sin permiso del Congreso. El propio lector puede analizar la resolución del 9 de mayo de 1879 que se muestra a continuación:

Falsedad de la justificación de Prado
Resulta extraño que muchos peruanos hayan aceptado sin cuestionarla la excusa de la supuesta adquisición de armamentos usada por Mariano Ignacio Prado para fugarse del país. Como demostraremos a continuación, el argumento esgrimido por Prado no soporta el análisis más elemental.
   En primer término, y por más servil a Prado que hubiera sido el Congreso de 1879, este organismo no podría haber aprobado una licencia para el viaje al extranjero del presidente con el fin de comprar armamento, estando el Perú envuelto en una difícil guerra. No era apropiado ni indispensable que el primer mandatario abandonase el territorio nacional. Por más desorganizado que hubiese estado el país, el Perú de 1879 contaba con personal diplomático, funcionarios civiles y militares, e inclusive empresas privadas que estaban responsabilizadas de sus adquisiciones bélicas, incluyendo las compras de urgencia.
   En Estados Unidos, la principal empresa compradora de armas para el Perú fue la Casa Grace. En 1876, el presidente Prado nombró a W. R. Grace & Co. como agente oficial del Gobierno Peruano en San Francisco y Nueva York (5). Se estima que entre mayo de 1879 y agosto de 1880, la Casa Grace adquirió armamento y material de guerra para el Perú por un importe mínimo de US$3,200,000. Entre el equipamiento adquirido se encontraban los famosos torpedos Lay, los lanzadores Herreschoff, fusiles y municiones (6). Por su lado, como enviado del gobierno, el capitán de navío Luis Germán Astete adelantó las gestiones para la adquisición de un blindado en Nueva York. Sin embargo, no obtuvo el financiamiento necesario (7).
   En Panamá, el agente oficial del Perú fue Federico Larrañaga quien contó con el apoyo de B. Mozley, superintendente del puerto de Panamá y hombre al servicio de la Grace. Furth & Campbell, firma con sede en Panamá, también al servicio de Grace, era la autorizada para transportar los envíos. José Carlos Tracy, encargado de negocios del Gobierno en Washington y hombre de confianza de Prado, estaba al tanto de todos las adquisiciones clandestinas de armas efectuadas en los Estados Unidos para el Perú. En Londres, el agente financiero del Gobierno al cuidado de las adquisiciones fue José Canevaro; en Italia, el ministro Luciano Benjamín Cisneros(8).
   En segundo lugar, debe tenerse en cuenta que Estados Unidos y los países europeos –a los cuales supuestamente se dirigía Prado– tenían la obligación de honrar su status de naciones neutrales en el conflicto entre Perú y Chile. Ello implicaba que ni Estados Unidos ni las potencias europeas deberían efectuar venta de armas, municiones, pertrechos o naves militares a ninguna de las naciones en litigio.
   Para efectuar las compras de armamento para el Perú, la astuta Casa Grace procedía en Estados Unidos de manera disimulada. Por ejemplo, una remisión de mil fusiles al Perú fue descrita por Grace en el conocimiento de embarque y factura comercial como “maquinaria agrícola”; otro envío de un bote de difícil detección nocturna, para uso de la marina peruana, apareció en los documentos de embarque como si el comprador fuera una compañía propiedad de la propia Grace, empresa satélite que se dedicaba a la explotación del guano de las islas (9). Muchas veces, los transportes de Furth & Campbell creyeron estar llevando al Perú maquinarias e insumos, sin percibir que el contenido real de la carga eran armamentos y municiones. Sin embargo, el superintendente Mozley en Panamá siempre supo el contenido de la carga en tránsito a nuestro país (10).
   Si se considera la restricción vinculada a la neutralidad de las naciones fabricantes de armamentos, hubiera sido contraproducente para el país que la figura pública que era Mariano Ignacio Prado se presentase personalmente en los mercados proveedores con el fin de adquirir armamentos. Tan torpe acción hubiera puesto en evidencia que las naciones vendedoras de material bélico estaban en tratos con el Gobierno del Perú, violando el principio de neutralidad al que deberían adherirse.
  
William R. Grace destruye la coartada de Prado
Cuando Mariano Ignacio Prado llegó a Nueva York, uno de los antiguos “amigos” que acudió a recibirlo fue el negociante yanqui William R. Grace (11). En cartas de Grace fechadas en enero y febrero de 1880, este magnate –que construyó su fortuna sobre la base de negocios con los gobiernos peruanos– relató que Prado había llegado a la ciudad sin autoridad oficial y, lo que era peor, sin dinero para efectuar adquisición alguna. Textualmente, Grace escribió: “Al salir del Perú [Prado] no se llevó un gran fardo de dinero”. En esas condiciones, Mariano era inservible para cerrar nuevas transacciones con la Casa Grace. Por lo tanto, el siempre hábil William procedió a desviar a Prado hacia Europa, luego de tener con él “algunas cortesías” (12).
   No está demás indicar que durante su estancia en el exterior –que duró hasta 1887– Mariano Ignacio Prado no efectuó ninguna adquisición de armamento militar para el Perú.

Mariano Ignacio Prado privado de la ciudadanía peruana y condenado a degradación militar pública
El 22 de mayo de 1880, el presidente-desertor Mariano Ignacio Prado fue privado de la ciudadanía peruana y condenado a degradación militar pública como consecuencia de su "ignominiosa conducta y vergonzosa deserción y fuga”. Firmaron el instrumento legal Nicolás de Piérola, Jefe Supremo de la República, y Miguel Iglesias, Secretario de Guerra.
   La condena de la traición de Prado no sólo fue la confirmación de un extendido sentimiento de repudio a su fuga. Existe otro componente que acompaña el problema de la deserción pradista –el aprovechamiento personal del poder político– que fue percibido con claridad por la mayoría de observadores y formalizado por el ministro británico en Lima, Spencer St. John, en carta fechada el 22 de diciembre de 1879, dirigida al Marqués de Salisbury, Secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.
   Escribió el embajador: “El jueves 18 del presente el pueblo fue sorprendido al saber que el general Prado se había embarcado en el barco inglés de correo rumbo a los Estados Unidos… Su partida fue generalmente considerada como una huida vergonzosa... Siempre consideré que el general Prado no merecía en absoluto su cargo: en toda ocasión importante demostró una lamentable falta de coraje personal y es de destacar que el hombre conocido en el Perú como ‘el héroe del 2 de Mayo’, sea generalmente considerado como un cobarde consumado… La reputación financiera del general Prado va a la par con la de su coraje: todos los partidos lo acusan del peor sistema de expoliación” (13).
   Es por la presencia de la corrupción señalada por Spencer St. John que puede calificarse como incompleto el decreto privando de la ciudadanía peruana a Mariano Ignacio Prado. Al Gobierno Peruano le faltó ordenar una investigación internacional sobre el enriquecimiento ilícito del fugitivo. La riqueza que amasó Mariano Ignacio Prado, vinculada en gran medida al uso del poder político en provecho personal en una época de corrupción generalizada, constituyó la acumulación originaria de capital de lo que sería conocido en el Perú como el Imperio Económico Prado, expresión por excelencia de la antigua oligarquía que dominó el país durante las dos terceras partes del siglo XX.
   Adicionalmente, queda en pie una pregunta muy importante: ¿Cuáles fueron las verdaderas razones de la deserción del Perú de Mariano Ignacio Prado? Ambos temas serán tratados en los próximos posts.
   Decreto privando de la ciudadanía peruana a Mariano Ignacio Prado. En él también se le condena a degradación militar pública “tan pronto como sea habido”.


Fuentes citadas
(1) Caivano, Thomas. 1904. Historia de la guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia. Iquique: Librería Italiana Baghetti Hermanos, p. 346.
(2) Basadre, Jorge. 1968-70. Historia de la República del Perú. Lima: Editorial Universitaria, sexta edición corregida y aumentada, vol. 8, p. 173.
(3) Departamento de Estado de los EE.UU. 1880. Papers Relating to the Foreign Affairs of the United States. Washington: Government Printing Office, pp. 819-820.
(4) Basadre, Jorge. 1968-70. Historia de la República del Perú. Lima: Editorial Universitaria, sexta edición corregida y aumentada, vol. 8, p. 178.
(5) de Secada, Alexander G. 1985. Arms, Guano, and Shipping: The W. R. Grace Interests in Peru, 1865-1885. In “The Business History Review”, Vol. 59, No. 4 (Invierno), Business in Latin America, pp. 610-611.
(6) de Secada, Alexander G. 1985. Arms, Guano, and Shipping: The W. R. Grace Interests in Peru, 1865-1885. In “The Business History Review”, Vol. 59, No. 4 (Invierno), Business in Latin America, pp. 612-613.
(7) Basadre, Jorge. 1968-70. Historia de la República del Perú. Lima: Editorial Universitaria, sexta edición corregida y aumentada, vol. 8, pp. 67-70.
(8) de Secada, Alexander G. 1985. Arms, Guano, and Shipping: The W. R. Grace Interests in Peru, 1865-1885. In “The Business History Review”, Vol. 59, No. 4 (Invierno), Business in Latin America, p. 611.
(9) James, Marquis. 1993. Merchant Adventurer. The Story of W. R. Grace. Wilmington: SR Books, pp. 129 y 132.
(10) de Secada, Alexander G. 1985. Arms, Guano, and Shipping: The W. R. Grace Interests in Peru, 1865-1885. In “The Business History Review”, Vol. 59, No. 4 (Invierno), Business in Latin America, p. 611.
(11) Basadre, Jorge. 1968-70. Historia de la República del Perú. Lima: Editorial Universitaria, sexta edición corregida y aumentada, vol. 8, p. 174.
(12) James, Marquis. 1993. Merchant Adventurer. The Story of W. R. Grace. Wilmington: SR Books, p. 135. Las cartas son de W. R. Grace & Co. a Grace Brothers & Co. (26 de enero de 1880) y de W. R. Grace al capitán de navío de la Armada Peruana Luis Germán Astete (28 de febrero de 1880).
(13) Bonilla Heraclio. 1980. Un siglo a la deriva: Ensayos sobre el Perú, Bolivia y la huerra. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, pp. 188-189.

martes, 6 de julio de 2010

GUERRA CON CHILE: El hundimiento del LOA

EL HUNDIMIENTO DEL «LOA» HACE 130 AÑOS

 
                                                                            por Ernesto Linares; elinaresm@hotmail.com


BAJADO DE http://www.voltairenet.org/article166178.html


Hace 130 años, el 3 de julio de 1880, hábiles torpedistas peruanos lograron hundir en el Callao el transporte artillado Loa, buque que formaba parte de la escuadra chilena que bloqueaba el Callao, por medio un torpedo hábilmente escondido (hoy se llamaría mina submarina) en un bote lleno de víveres.

Arovechando la fecha, reproduciré algunos documentos sobre esta acción.


El Loa
El Loa era un transporte que pertenecía a la Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV). Comisionado desde 1873, había sido arrendado por Chile desde el 12 de mayo de 1879 a 18 mil pesos mensuales. Desplazaba 1,657 toneladas, tenía casco de hierro, velocidad de 12 nudos y estaba artillada de dos cañones Armstrong de 6 pulgadas de retrocarga. Después de su hundimiento, se pudieron recuperar los 2 cañones, de los cuales uno se montó en el blindado Blanco Encalada (1).


Los chilenos sabían del torpedo
Debido a un buen servicio de espionaje, los chilenos supieron que los peruanos preparaban un torpedo para hundir uno de sus buques desde días antes del siniestro. El presidente de Chile, Aníbal Pinto, se enteró de los planes peruanos y telegrafió al gobernador de Iquique, capitán de navío Patricio Lynch, para que este a su vez se lo comunique al Jefe de la Escuadra, contralmirante Galvarino Riveros. El siguiente documento es la prueba:


“COMANDANTE EN JEFE DE LA ESCUADRA

Callao, junio 22 de 1880
El Comandante Jeneral de Armas de Iquique, con fecha 4 del presente mes, me dice:

“S. E. el Presidente de la República, en telegrama de ayer, me dice para V. S. lo que sigue:

En primera oportunidad comunique a Rivero lo siguiente: “En una carta de Lima se dice lo siguiente:
“En Ancón preparando el joven Manuel Cuadros un segundo torpedo a pesar de haber tenido un fin desgraciado el primero. He oído decir que el torpedo es de esta manera:  Se compone de una lancha de vela, cargada con comestibles i carneros, i al quitar el último bulto, hai un resorte para reventar el torpedo.”

Lo que trascribo a V. S. para su conocimiento i demás fines.”

I yo a V. S. para que tome las medidas del caso.

Dios guarde a V. S.

GALVARINO RIVEROS


Al comandante de la corbeta O’Higgins” (2)

El historiador chileno Vicuña Mackenna cuenta que “…Nunca se supo quien había mandado a Chile con veinte días de anticipación un aviso tan certero.” (3)

Aun así, el capitán de corbeta Juan Guillermo Peña, comandante del Loa, y sus oficiales no escucharon la advertencia de su superior y el Loa se hundió.



La operación. Partes oficiales
Sobre los peruanos que prepararon el artefacto explosivo, el historiador peruano Francisco Yábar es quién da más luces al respecto:

“En 1880 un grupo de torpedistas fue dirigido por el capitán de fragata Leopoldo Sánchez obedeciendo órdenes directas de Piérola. Resulta no menos que curioso este manejo paralelo las actividades torpedistas pues la Secretaría de Fomento también las realizaba por separado, aunque con algún grado de coordinación con la Armada. El hundimiento del transporte chileno Loa y la goleta Covadonga están relacionados con las actividades del comandante Sánchez y del ingeniero Manuel Cuadros Viñas con quien Piérola debió contactarse a mediados de marzo de 1880 con el fin de preparar un torpedo, dejando al comandante Sánchez que coordine los detalles de la operación.” (4)

Manuel Cuadros junto con el ingeniero Desmaison, el operario Joaquín Sotelo y el carpintero José Chumpitasi prepararon la lancha con los explosivos que hundirían al Loa. El alférez de fragata Carlos Bondy fue el encargado de remolcar la embarcación con el explosivo para dejarla a la vista de alguno de los buques chilenos y lo narra de la siguiente manera en su parte oficial al Subsecretario de Marina:

“…El día 2 de los corrientes recibí de US orden de zarpar del puerto del Callao a cargo de una embarcación a la vela y con instrucciones de forzar el bloqueo al amanecer del día 3 manteniéndome a la vista de la escuadra chilena, con el propósito de que el buque de guardia capturase la embarcación que se me había confiado.

Estando al Oeste del puerto y a 5 millas de los buques extranjeros fondeados en la bahía, me faltó completamente la brisa a las 3 a.m. por cuya circunstancia tomé a remolque la lancha con la pequeña embarcación de que disponía y resolví fondearla, pues estaba expuesto a ser cortado por cualquiera embarcación enemiga, y no contando sino con tres hombres, y separado de la costa por una distancia de 7 a 8 millas era imprudente continuar alargando la distancia en esa dirección. De acuerdo, pues, con la opinión unánime de los que tripulaban la lancha, nos dirigimos a tierra a las 9 hs. 50 m. a.m. a tomar órdenes.

US teniendo en consideración todo lo sucedido, me ordenó dirigirme nuevamente a la lancha apartando de ese modo la intención de remolcarla hasta tierra para aprovechar su cargamento. La maniobra mandada por US fue ejecutada por el que suscribe saliendo a las 3 h. p.m. y obtuvo desde luego los buenos resultados que se podrían esperar de una medida tan hábilmente combinada. Al apercibirse el “Loa” que me dirigía a la lancha, puso proa a ella, arrió una de sus embarcaciones, la remolcó hasta su costado y a las 5 hs. 15 m. p.m. principio a descargarla volando en seguida.

Antes de terminar séame permitido dar las gracias a US por haberme honrado eligiéndome para llevar a cabo una comisión que ha sido coronada por el éxito más completo aunque no contaba para su buen desempeño si no con mi ardiente deseo de ser útil a mi país; pero obedecía a las órdenes y consejos de US y estaba además secundado par tres patriotas de corazón, el señor Juan Quintana de la Estación de Vigías y los matriculados José Morales y Manuel Arca y a su abnegada cooperación se debe todo el resultada obtenido.

Espero que US se servirá poner en conocimiento de SE el Jefe Supremo el animoso comportamiento de los tres personas que me han acompañado en la ejecución de un proyecto que ha dado por resultado la pérdida total de un buque enemigo con todos los valiosos elementos que contenía…” (5).


El capitán de fragata Leopoldo Sánchez escribió los siguiente en su parte oficial al Secretario de Marina, capitán de navío Manuel Villar:


“…El 3 amaneció el horizonte nublado por el Norte y solo a las 10 h. a.m. vino a despejarse, y entonces fui con el señor Cuadros al torreón de vigías del Arsenal y pudimos avistar con el telescopio instalado allí una balandra a la vela destacándose al Norte por entre los islotes Pescadores y fuera de los buques neutrales, era la que habíamos despachado. Toda la Escuadra bloqueadora permanecía en su fondeadero del cabezo de San Lorenzo. Viendo que la balandra permanecía estacionada dejamos ese observatorio y nos dirigimos al muelle dársena, allí vino a encontrarnos el alférez Bondy y nos manifestó que por falta de brisa y la mucha marejada no había podido avanzar más al Oeste, encontrándose además la gente cansada, que se habían quitado los seguros al aparato y pedía órdenes; se las di para que regresara y tratase de remolcar la balandra y le previne que si durante el resto del día no se dirigía el enemigo a tomarla, la llevara a fondear cerca de tierra e intentara al amanecer ponerla a la vista del buque chileno de ronda,

A las 4 p.m. establecido nuevamente con el señor Cuadros en el torreón del Arsenal, noté que el “Loa” se había desprendido del cabezo de la isla y avanzaba lentamente en demanda de la balandra y minutos después se podia distinguir claramente con el telescopio que el tope del “Loa” señalaba con la mano la embarcación y que un grupo de gente se dirigía al castillo de proa y aun se veía a la persona que iba sin duda a dar parte al Comandante. Desde este momento confié en que la balandra sería tomada y consideré perdido al “Loa” cuando ví que arriaba una falúa la que se dirigió en seguida hacia la balandra. En el acto hice telegrama a SE avisándole lo que ocurría. Llegada la embarcación enemiga al costado de la nuestra dio la vuelta alrededor de ella al parecer reconociéndola y momentos después la abordaron, y orientando sus velas se encaminaron al “Loa”. La balandra pasó por la aleta de estribor de este buque y se perdió de vista ocultada por él. Desde este instante nuestra ansiedad fue grande y las tripulaciones de nuestros buques y muchos de los vecinos del Callao que habían presenciado la caza esperaban un desenlace. Por mi parte abrigué por un momento la esperanza de que la balandra fuese llevada al “Blanco Encalada”. A las 5.30 p.m. una enorme masa de agua y negro humo se elevó del costado de estribor del “Loa” a gran altura, oyéndose algunos segundos después una fuerte detonación. El transporte herido dio un vivo balance hacia babor y reclinándose después a estribor se fue hundiendo de popa; siete minutos más tarde su casco había desaparecido por completo, quedando sólo fuera del agua la extremidad de sus palos a los que se aferraban varios de sus tripulantes.

El éxito más feliz había coronado la perseverancia y los esfuerzos de cerca de tres meses, el señor Cuadros, a quien algunos miraban con recelo desde el siniestro de Ancón, había obtenido un triunfo con su invento, y me es grato consignar en este oficio que la confianza que SE ha tenido en el éxito desde que conoció el aparato ha contribuido en mucho a la realización del acontecimiento de ayer...” (6).

La explosión hizo que el buque se hundiera en un intervalo de 5 a 10 minutos e inicialmente produjo 40 muertos sobre cubierta. Todos intentaron salvarse en los botes, pero por la explosión, sólo la segunda falúa era útil, pero como todos los tripulantes se lanzaron a esa, se volteó y pereció la mayor parte de sus tripulantes. En la segunda canoa se salvaron 2 ingenieros y 11 individuos y el resto se salvó por botes de auxilio, salvándose en total 10 oficiales, 33 individuos de equipajes y 12 militares (7), mientras los muertos fueron 118 chilenos y un boliviano que accidentalmente se encontraba ahí (8).


Otros testimonios del hundimiento
En tierra había expectativa por los conocedores por ver hundirse a algún buque chileno. Así lo expresa el italiano Pedro Storace, maquinista de la corbeta Unión, en su diario personal:

“El día 3 de Julio, encontrándose frente al puerto a unas siete millas, a las 5 p.m. el transporte chileno “Loa” apresó una balandra aparentemente sólo cargada de víveres; pero que en realidad no era sino una trampa puesta por los peruanos. La embarcación estaba cargada con dinamita, en conexión eléctrica a los sacos de víveres, estibados éstos en cubierta de modo que levantando uno de aquellos sacos, daba fuego a la dinamita. Todo fue preparado en la noche anterior, dejando a la balandra fondeada a cierta distancia al iniciarse el día. Entonces, aquella mañana, un bote con unos pocos marineros y un Alférez, salió del puerto fingiendo querer capturar la balandra llena de víveres. El “Loa” descubre al bote remolcando a la balandra, que aún no ha sido apreciada por ellos, y pone a su vez la proa hacia el bote, el cual, con intención de llamar más la atención, larga el remolque y fingiendo veloz huida se mete entre los buques neutrales, ganando la costa. Mientras tanto, el “Loa” se acerca a la balandra, que ha sido abandonada como un lazo, aprecia que está cargada de víveres, chanchos, gallinas, etc; la hace poner abarloada al costado. En lugar de llevarla intacta a la nave almirante, se dejaron ganar por cierto de la gula y principiaron a coger las gallinas, corriendo el riesgo de levantar uno de los sacos, que sería su muerte y la pérdida del buque. En tierra, los contados marinos, quienes conocían la treta, estaban de espectadores del resultado que dudosamente se confiaba. Con la balandra ya al costado, esperábamos verla remolcar rumbo a la nave almirante, cuando repentinamente distinguimos una altísima columna de humo, agua y pedazos de material dispersos y, en seguida por la distancia, oímos una gran detonación, la cual hizo trepidar la tierra y mientras se siente, desaparece el infortunado transporte. ¡Pobre gente! ¡Cuántas pérdidas! ¡Ah, la guerra! unos minutos después de la detonación, no se veía más nada. Hacia el lado S de la bahía se encontraba el resto de la flota bloqueadora y ¡aún ellos fueron espectadores! En vista de la desgracia sucedida, se movieron en ayuda de los náufragos” (9).


En Lima la noticia circuló rápidamente al día siguiente. El periodista Manuel Horta, corresponsal del diario “El Nacional”, escribió lo siguiente:
“Ayer a las 5 P. M., el Loa, que estaba en guardia cruzando la bahía, se dirijió en demanda de una lancha que estaba enfilada a las Hormigas de Tierra.


Al encontrarse cerca, echó dos botes que avanzaron hácia dicha lancha tomándola a remolque hasta traerla al costado del transporte.

Como 10 minutos después se sintió una estruendosa detonación que hizo estremecer todos los buques surtos en la bahía i los nuestros que están en la dársena.

La esplosion había partido del Loa, que se hallaba frente al último buque neutral que se encontra a barlovento de ese fondeadero.

Una inmensa llamarada pareció salir del mar, cubriendo al buque enemigo. En seguida se sintió una nueva esplosion, menos fuerte que la primera i el Loa quedó envuelto en densas nubes de humo negro.


Cuanto estas se disiparon por efecto del viento, volvió a aparecer el buque enemigo, como si se hubiese levantado un telon. Estaba inmóvil i parecía no haber sufrido nada.

De repente se estremeció i se notó que la proa se levantaba mientras la popa se hundía rápidamente.

En menos de ocho minutos se fue a fondo como si fuera una ancla.

En el sitio que ocupaba antes solo se veía una inmensa cantidad de humo blanco, vapor quizás que se escaparía de los depósitos, que fue desapareciendo poco a poco


Entonces se pudo notar que solo se quedaban visible del trasporte enemigo los topes de los dos masteleros, en los cuales estaban agarrados los náufragos que habían escapado del siniestro.

Los demás buques enemigos estaban a ocho millas de distancia; empezaron a caldear en seguida, navegando después en dirección de donde se había hundido el Loa.

El Huáscar salió de su fondeadero; pero después de recorrer lentamente como mas de una milla, volvió a regresar al lugar de donde había partido.

Los náufragos que se han salvado han sido recojidos por la Garibaldi i otros buques de guerra neutrales.


Su número es de 26 inclusive el 2° comandante, que es el único oficial que se ha salvado.

La tripulación del Loa ascendia a mas de 200 individuos” (10).


En Chile se enteraron de la noticia por el siguiente telegrama difundido en los periódicos:
“(Recibido a las 12.15 P. M.)


Santiago, Julio 9 de 1880.
Señor Presidente:

Ha llegado el Lamar con la siguiente sensible noticia: El 3 del corriente, a las 5.20 P. M. ha sido echado a pique en la bahía del Callao el crucero Loa por un torpedo oculto en una balandra que se encontró fondeada con las velas izadas, cargada con comestibles i sin un solo tripulante.
        El Loa estaba de guardia, la tomó, atracó a su costado i aclaró. Al levantar el último bulto tuvo lugar la esplosion, i cinco minutos después el crucero desparecía.
       El Blanco i el Amazonas se dirijieron inmediatamente al lugar del siniestro para salvar a los náufragos. Dos buques ingleses, un italiano i otro francés enviaron también sus botes.


Como ve V. E. por esta relación, el desgraciado accidente del Loa ha tenido lugar en la forma exacta anunciada por V. E., de cuyo anuncio había recibido un duplicado el Almirante i puéstolo en conocimiento del capitán Peña i todos los demás comandantes de los buques de nuestra escuadra.

La desgracia no ha sido pues casual sino a ciencia cierta.n  Pareciéndome de mui capital importancia el anuncio de V. E. sobre la celada que se preparaba, me valí de los conductos mas seguros para que él llegara a conocimiento del Almirante, i, en efecto, por dos conductos recibió el Almirante mi anuncio.

Tan pronto como este anuncio llegó a conocimiento del Almirante, lo comunicó a todos los comandantes de buques, i éstos lo hicieron con los oficiales.




De los oficiales del Loa se ignora la suerte que hayan corrido el capitán Peña, los guardia-marinas Oporto, Huidobro, Fierro, un cuarto ingeniero i un piloto.

De la tripulación se supone hayan perecido, a menos de haber llegado algunos a la playa, 104 individuos.

Hasta el momento de la salida del Lamar se habían salvado en los buques de la escuadra 12 oficiales i 51 marineros i soldados.

Parece que el teniente Señoret hizo presente a Peña que esa debería ser la lancha que V. E. anunciaba por mi conducto, pero que el comandante ordenó con insistencia su descarga.

El teniente Manuel Señoret ha venido en el Lamar, siendo portador de las notas del Almirante.
LYNCH” (11)


En el extranjero la noticia tuvo amplia cobertura. En el diario “La Estrella” de Panamá, se difundió la siguiente carta de su anónimo corresponsal en Perú:

“Lima, Julio 6 de 1880
………………….
Como a las 5.30 P. M. del dia 3 del presente mes, cuando las calles de Lima estaban llenas de jente que se dirijian a comer a sus respectivos hoteles, se hoyó una terrible detonación del lado del Callao, i al instante se hicieron millares de conjeturas relativas a la causa que la produjera. Veinte minutos después, un telegrama recibido aquí anunciaba que el trasporte chileno Loa había sido echado a pique por uno de nuestros torpedos. Este despacho se ha confirmado después. Ocho minutos después de la esplosion el buque se hundió. Cuarenta hombres solamente fueron salvados por algunos de los buques neutrales que se encontraban mui cerca del lugar del desastre.
   La historia de este incidente de la guerra es mui curioso por la injeniosidad que se ha desplegado, i me propongo relatarla en unas pocas palabras.
   Desde que la escuadra enemiga está en las costas del Perú, ha podido notarse que los oficiales y toda la tripulación en general, son muy adictos a las frutas y legumbres, y de que no se cuidaban mucho de distinguir los botes de los buques mercantes que hacen el mercado y los botes de los peruanos que vienen de tierra. Con este motivo un oficial que se había fijado en esta circunstancia, maduró al fin un proyecto del cual se propuso sacar alguna ventaja. Dicho proyecto lo realizó así: consiguió una lancha a propósito para su objeto, en el fondo de la cual colocó un torpedo, y sobre él hizo construir un piso falso, bastante cerca al fondo de la lancha, el cual apoyó sobre resortes. Luego cargó la lancha con un escogido surtido de camotes, yucas, chirimoyas, granadillas, gallinas, pavos, legumbres de todas clases, etc., etc., i remolcándola a fuera en dirección a la escuadra enemiga, antes de amanecer, la soltó de su cuenta, cuando ya lo juzgó en buen lugar.
   Todo el día flotó esa lancha por su cuenta, pero los chilenos no la pudieron ver hasta eso de las 5 P. M., hora en que se pensó por los peruanos mandar un bote en su busca para evitar que cayese en manos de los neutrales.
   El “Loa” estaba de guardia, y al notar que venía un bote de tierra hacia los buques neutrales, notó también la presencia de la lancha y en el acto se dirigió a ella. El bote de tierra al ver esto, se regresó con precipitación. El “Loa” mandó dos botes en busca de su presa, los cuales la condujeron a su costado e inmediatamente principiaron a descargarla. A medida que se sacaba la carga el peso disminuía, el falso piso se alzaba y los resortes en que se apoyaba, que estaban en conexión con el torpedo, iban quedando en libertad para producir bien pronto su esplosion.
   Repentinamente ésta tuvo lugar, y los efectos fueron desastrosos. Las 300 libras de dinamita hicieron casi levantar al “Loa” de sobre las aguas. Los que de tierra espiaban con ansiedad las operaciones del “Loa “, dicen que el resultado fué terrible. Todas las casas del Callao se estremecieron y los buques todos temblaron como si hubiese ocurrido algún sacudimiento natural en el mar. El buque volado apareció primero envuelto en una gran masa de fuego, que poco a poco se convirtió en densa columna de espeso humo, i vióse después al “Loa” claramente como si nada le hubiera sucedido, pero de pronto su popa comenzó a hundirse con prisa i el buque todo se precipitó en el fondo del mar, desapareciendo para siempre!
   Mientras esto tenia lugar, el “Blanco Encalada” y el “Huáscar” permanecían en sus posiciones, a unas ocho millas de distancia, demasiado léjos para prestar ninguna clase de ausilios a sus desgraciados camaradas que quedaron nadando para salvarse. Los botes de la Thetis, Penguin, Alaska, Decrés i Garibaldi fueron enviados prontamente al lugar del desastre. Los de los primeros dos mencionados lograron salvar a 30 individuos; el Alaska uno, el Decrés tres o cuatro i el Garibaldi seis, componiendo entre todos un total de 40. De éstos es probable que muchos mueran. Han perecido por lo ménos 150 hombres. Los únicos oficiales salvados son: el 2° jefe, herido, el médico i uno de los ingenieros.
   Cualesquiera que sean las opiniones que se formen respecto a esta manera de guerrear, son los chilenos quienes ménos se pueden pronunciar en contra. Ellos fueron los primeros en ponerla en práctica cuando en la madrugada del 10 de Abril último enviaron una lancha-torpedo con el intento de hacer volar la “Unión” en momentos que sus oficiales i tripulación no se imaginaban que tenían tan cerca al enemigo. Si la Union se hubiera hundido, sus 200 hombres habrían perecido del mismo modo, que por consecuencia de un buen meditado golpe, han perecido los del “Loa”. Pero el deber de vuestro corresponsal no es tanto moralizar como describir los hechos.
   Algunos de los buques neutrales tratan la cuestión de salirse del puerto del Callao, por temor a los torpedos.
   EL CORRESPONSAL” (12)


Pronto las noticias de los diarios en Lima dejaron del lado el hundimiento del Loa porque el 4 de julio arribó al Callao el transporte Limeña trayendo del sur los restos de Bolognesi, More, Zavala y a oficiales y soldados heridos en las batallas del Alto del Alianza y Arica.
……………….
Notas
(1) Pascual Ahumada Moreno. 1886. Guerra del Pacífico, recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referente a la guerra que han dado a la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia, Tomo III, p. 289. Telegrama de Lynch del 29 de julio de 1880.


(2) Ibídem, p. 259.


(3) Benjamín Vicuña Mackenna. 1881. Guerra del Pacífico. Historia de la Campaña de Lima 1880-1881, p. 434.


(4) Francisco Yábar Acuña. 2001. Las Fuerzas Sutiles y la defensa de costas en la Guerra del Pacífico, p. 421.


(5) Ibídem, pp. 425-426.

(6) Ibídem, pp. 426.427.

(7) Ahumada, Op. Cit., p. 302. Resumen fiscal del sumario indagatorio de la pérdida del Loa.
(8) Ibídem, p. 295. Carta de Ernesto Turenne, cirujano en Jefe de la “O’Higgins”.


(9) Pedro Luis Storace. 1971. Un Marino Italiano en la Guerra de 1879, pp. 113-114.


(10) Ahumada, Op. Cit., p. 296.


(11) Ahumada, Op. Cit., pp. 288-289.


(12) Ahumada, Op. Cit., p. 297

BAJADO DE http://www.voltairenet.org/article166178.html

lunes, 14 de junio de 2010

Un datito sobre Manuel Gonzáles Prada


DON MANUEL GONZALES PRADA
(ESBOZO BIOGRAFICO:)

Nace en Lima el 6 de enero de 1848, sus padres fueron don Francisco Gonzales de Prada y doña Josefa Alvares de Ulloa, don Manuel suprimió después el "de" característico de los apellidos castellanos y se hizo llamar simplemente Gonzales Prada, con esa supresión su nombre quedaba estéticamente mas armonioso y sonoro, estudio en el seminario de santo Toribio, después sus padres decidieron enviarlo a Chile a cursar la enseñanza media, en Valparaíso ingreso al colegio Ingles de esa localidad.

Estando en Chile, empezaba a soplar los vientos anunciadores nacía el liberalismo de las ideas, sintió la influencia de corrientes nuevas, y estas tendencias fueron sin duda las que robustecieron e impulsaron las cualidades innatas de su espíritu, cerca de un año permaneció en Valparaíso, sin terminar sus estudios de humanidades volvió al Perú e ingreso a la facultad de filosofía y letras de la universidad de san Marcos, hasta graduarse de bachiller, luego eligió jurisprudencia pero no se recibió como abogado, abandono la facultad a los 19 años, el pesado ambiente intelectual de los claustros de san Marcos estaba formado por hombres que no podían ser hijos mas espirituales de la colonia, dentro del vetusto edificio que fue un convento, todo tenia olor a antigüedad y tradición, todo estaba estacionario, pensamientos, programas, métodos.

Lo que dio a Gonzales Prada todo su saber fue la autoeducación, su juventud fuerte fue dedicada al estudio y la lectura de todo libro que caía en sus manos, época fecunda para el, valiosa para su desarrollo intelectual, literatura, filosofía, los tratados políticos y sociales fueron su predilección, fue esta una de sus mas bellas épocas, paz, comodidad, satisfacción de sus gustos intelectuales; "el parnaso Peruano" de Cortez lo hizo conocido fuera del país, por el año 1871, tenia entonces 23 años, era un joven alto, de apostura elegante y bien conformada, de ojos azules, facciones perfectas, al respecto se cuenta una anécdota referida por Alfredo Verneuil, que refiere que visitaba Gonzales Prada el museo Grevin en París, singular por sus figuras de cera coloreadas, se sentó en un banco tranquilamente a reposar, entran de pronto 2 turistas ingleses, que con la guía en la mano empiezan a recorrer y observar las figuras, al llegar frente a Gonzales Prada empiezan a buscarle el numero asignado, este se levanta para retirarse y los turistas lo miran atónitos, lo habían confundido con una de las esculturas de cera, sus facciones casi perfectas los había engañado.

Se dedico a la literatura Europeas, gusto mas de la Francesa, esta alimento su espíritu la fuerza natural de su rebeldía, asimilaba perfectamente las luces intelectuales que venían de Europa, al mismo tiempo nacía su paganismo a base de las fuentes griegas, el análisis de la historia helena, la comprensión de aquel esplendente mundo antiguo, subyuga, atrae y comunica al espíritu el halito suave de su alma inmortal.

Para entonces Gonzales Prada era un descreído del catolicismo, era el hijo disidente en el seno del hogar católico, era un anticlerical, un hereje, que surgía en una familia religiosa por tradición, era el producto de un carácter desarrollado desde temprano en la independencia, cultivado por si solo, fuera de toda influencia de medio e imposición de la voluntad, todo esto nos muestra que en su hogar hubo una completa tolerancia a pesar de la época y los orígenes de la familia, lo que indica que en las familias cultas e inteligentes la diferencia de ideas y creencias no conducen nunca a la ruptura o el choque.

Sintió gran afición por la agricultura, como amante de la libertad social, optaba por ocupaciones en donde podía hacer uso de sus preferencias y actitudes, sin los estorbos y miramientos, sin los intereses creados, en Lima en las inmediaciones de donde es hoy el parque de la exposición, exploto Gonzales Prada una pequeña granja, pero su mayor actividad agrícola la dedico al valle de Mala, al sur de Lima, 10 años se dedico y tal vez lo hubiera hecho definitivamente, pero fue interrumpido por el gran acontecimiento de la historia nacional, la guerra con Chile de 1879.

Gonzales Prada asistió a la guerra, con su reguero de sangre, vino a cerrar la placidez de su juventud, con golpes de espada, tronar de cañones y lamentos de heridos, con ardoroso patriotismo se presento al estado mayor que disponía la defensa de la capital, se le confirió el grado de teniente coronel, y se le asigno la segunda jefatura de la guarnición "el pino" desde allí asistió a la batalla de Miraflores; cuando ya toda resistencia era inútil y evitar mas sacrificio de vidas, el primer comandante don Hipólito Cáceres imparte a Gonzales Prada la orden de hacer volar 2 de las mejores piezas que defendían aquel reducto, era preciso evitar que esas preciosas armas cayesen en poder del enemigo, en compañía del sargento mayor Eduardo Lavergne y secundado por Francisco Bolognesi, el hijo del héroe de Arica, haciendo prodigios de cautela para evadir las patrullas chilenas de reconocimiento, favorecidos por las sombras de la noche hicieron estallar los cañones.

vencedor el enemigo en Miraflores y segura ya la ocupación de Lima, Gonzales Prada volvió a la ciudad con el enorme peso de la derrota, la patria estaba perdida, la capital iba a ser ocupada por el invasor y vendría luego la imposición de los términos de paz; por esta guerra sintió por vez primera el odio internacional, fue un odio verdadero porque conocía a fondo el origen del conflicto, que no fue otro que el deseo de obtener riquezas sin importar la manera de conseguirlos, si es condenable el despojo entre individuos como no lo será entre naciones, inútil es que se levante la voz de la diplomacia y de la historia Chilenas para justificar la guerra del 79, frente a esa voz el hombre civilizado, justo, sensato, cuya conciencia mora en un sitio superior sabe sonreír desdeñosamente, porque conoce a fondo los entretelones de esta historia.

Para evitar ver a los invasores en las calles de Lima e impedir incidentes, se recluyo en su casa durante toda la ocupación, vivió enteramente dedicado a sus estudios literarios y filosóficos, cultivaba su espíritu como sus plantas, fortalecía su inteligencia, fue durante ella protagonista de un caso que dice del temple de su carácter y de su odio al enemigo, firmada la paz de Ancón el ejercito chileno se retiro a las afueras de la ciudad, Prada creyó que todo estaba libre de invasores, salió a la calle a realizar una visita familiar, de pronto al llegar a una esquina ve un jefe chileno que se dirige a el con los brazos abiertos y el rostro sonriente a saludarlo, Gonzales Prada esquiva el saludo y cambia de dirección, diciendo que no podía aceptar el afecto del enemigo que mutila el cuerpo de la patria y dicta la paz mas ignominiosa, para el chileno fue grande la sorpresa ante esta actitud, pues ambos habían sido condiscípulos de curso y amigos siendo estudiantes en Valparaíso.

Cuando el vértice de la guerra paso después de cuatro años funestos y terribles, Gonzales Prada dolorido por la suerte de la patria da comienzo a la gran obra de su vida, la regeneración del espíritu nacional, en 1885 al año siguiente de la ratificación del tratado de Ancón da comienzo a su labor con " Miguel Grau" pieza literaria que es un homenaje a la personalidad de nuestro gran marino, fue el primer llamado a la conciencia de la patria, el principio de su obra reconfortadora de las fuerzas nacionales; en 1886 en una conferencia en el Ateneo de Lima, trata sobre tópicos literarios generales y de critica a la literatura nacional, pocos días después fue elegido presidente del "circulo literario", entre sus miembros se encontraban:

Teobaldo Elías Corpancho
Juan de Arona
Arnaldo Márquez
Numa Pompilio Llona
Luis Benjamín Cisneros
Ricardo Rosel

En 1887 fundo el partido "radical" la constitución de ese partido alarmo a los católicos y gente de espíritus placidos, este mismo año Gonzales Prada cumplía 39 años y contrajo matrimonio con la señorita Adriana de Verneuil, hija de una estimada familia francesa establecida en lima, a pesar de las diferencias religiosas el nuevo hogar fue un modelo, de allí nacieron 2 varones y una mujer, del cual solo vivió uno Alfredo que se dedico a la diplomacia.

En 1888 pronuncia su famoso discurso en el Politeama, ante los niños de los colegios de Lima, empieza diciendo:

Queridos niños
Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy
Para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro
Los viejos deben temblar ante los niños
Porque la generación que se levanta es siempre acusadora de la generación que desciende

De aquí de estos grupos alegres y bulliciosos
Saldrá el pensador austero y taciturno
De aquí el poeta que fulmine con estrofas de acero retemplado
De aquí el historiador que marque la frente de los culpables con el sello indeleble de su ignominia

Niños sed hombres temprano
Madrugad a la vida
Porque ninguna generación recibió herencia más triste
Porque ninguno tuvo deberes más sagrados que cumplir

Errores más graves que remediar
Ni ofensas más justas que satisfacer

Luego fundo el partido "unión nacional" que no duro mucho, en 1902 se retiro definitivamente de ese grupo político, sustento después una serie de conferencias en instituciones sociales, escribió largos artículos que reunió en " Paginas libres y en horas de lucha" en 1912 fue llamado a ocupar la dirección de la biblioteca nacional, era la primera vez en su vida que desempeñaba un cargo publico, acepto la dirección de la biblioteca porque sabia que era un puesto donde difícilmente podían llegar los efectos de las mareas políticas, y la lucha por interés, además allí gozaba de una gran independencia, era la primera biblioteca del país que debidamente transformada y organizada, difundiría la cultura a todas las capas sociales; comenzó con gran entusiasmo su labor de reforma administrativa, con intención de darle el carácter de centro activo intelectual, centro de vida científica y artística, un suceso inesperado interrumpe su trabajo, en febrero de 1914 un golpe de estado impone un gobierno anticonstitucional, Gonzales Prada anciano ya, siente en su conciencia la indignación que causa este hecho y con un gesto digno de sus mejores años presenta su renuncia indeclinable al puesto, su dignidad y odio a la eterna comedia política se puso de manifiesto, libre otra vez hizo publico al país su opinión a los acontecimientos de febrero.

Cuando en 1916 un gobierno constitucional que provino de la voluntad popular quedo otra vez establecido, se le ofreció nuevamente la dirección de la biblioteca, vuelto a ella continuo su ardua labor de reorganizarla, cubierto de canas mantenía aun su capacidad intelectual y la delicadeza de los sentimientos, en el no se manifestó esa mediocridad y decadencia seniles que se presenta en la mayoría de personas, capto la simpatía de todos sus empleados, quienes veían en el al hombre integro, lo respetaban y llamaban " maestro" los estudiantes, los jóvenes y niños, el 22 de julio de 1918, la muerte lo sorprende a la edad de 70 años.

Enviado por MANUEL JESUS [corrupcionenelbcr@hotmail.com] a través de la lista dglocal@yahoogrupos.com.mx