Entre ellas destaca la de un sacerdote, un adulto decapitado y cuerpos de niños
Por primera vez se halla en Lambayeque vasija del ritual de decapitación
Arqueólogo Ignacio Alva, residente del complejo arqueológico Ventarrón, en Lambayeque. Foto: Unidad Ejecutora Nº 005.
Chiclayo, jul. 26 (ANDINA). Un templete de la época Mochica Temprano, de entre 300 a 500 después de cristo, así como 14 tumbas intrusivas, entre ellas la de un sacerdote, un adulto decapitado y de varios cuerpos de niños, fueron descubiertos en el sector Arenal del complejo arqueológico Ventarrón-Collud-Zarpán del distrito de Pomalca, en Lambayeque.
El arqueólogo Ignacio Alva Meneses, responsable de las investigaciones de campo en la zona, explicó que en mayo pasado se iniciaron las excavaciones en este sector donde se descubrió la construcción del referido templete de la cultura Mochica.
En el recinto religioso, construido en varias etapas, se hallaron las tumbas intrusivas que son posteriores al abandono del uso ritual de la estructura. Se ha encontrado la fachada del templete y una serie de remodelaciones que lo hicieron crecer en altura.“Es una estructura cuadrangular, tiene rampas internas. En un momento tuvo un espacio interno que fue rellanado periódicamente a través de la secuencia constructiva y luego se transformó; ya no en un espacio interno, sino en una plataforma. Evolucionó de ser un espacio vacío como un gran recinto a elevarse y constituirse en una plataforma.”
Alva dijo que las tumbas no pertenecen a la función original del templete. “Posiblemente la función del templete era rendir culto al paisaje y de alguna manera contemplar la montaña, que es la presencia fundamental en este escenario”, explicó.
Descartó que se trate de un templo administrativo como los que hay en Huaca Rajada-Sipán. “Más bien es un lugar ceremonial pequeño que, de alguna manera, está ligado al pasado y a la montaña”, apuntó.
Ceramios
El especialista destacó la tumba 11, que contiene dos adultos, uno de los cuales correspondería a un individuo decapitado rodeado de ceramios con imágenes diversas que representan personajes.
“Hay un ceramio con una escena de venados, felinos, dignatarios y el dios del maíz, entre otros”, detalló. Precisó que a través de las ofrendas de cerámica se puede inferir que pertenecen a la época Mochica Tardío, última época de esta cultura norteña.
La vasija que más llamó la atención, agregó, fue la del ritual de decapitación que es poco frecuente en la arqueología. “Posiblemente se realizó en otros contextos, pero es la primera vez que se encuentra en Lambayeque", resaltó.
Mencionó que la imagen del dios Decapitador en el huaco también aparece sin cabeza como si esta hubiera sido seccionada simbólicamente al momento del mismo entierro.“Se decapita el cuerpo al mismo tiempo que se decapita la pieza de cerámica y precisamente esa pieza de cerámica representaba un decapitador; hay una relación metafórica entre el decapitado y los objetos que lo acompañan”, explicó.
En otra tumba cercana, a tres metros de profundidad, se descubrió el entierro de un adulto con la cabeza orientada hacia el sur como era costumbre entre los mochicas de cierta jerarquía.
Mencionó que el cuerpo originalmente había estado envuelto en un fardo de fibra vegetal. Entre las ofrendas se hallaron restos de camélidos y diez vasijas que corresponden a cuencos, cántaros, crisoles y piezas escultóricas, entre las que destaca un vaso o huaco retrato con asa estribo trasversal, que representa con notable realismo la cabeza de un jefe mochica.“El huaco retrato es típico de las culturas moche del sur y es la primera vez que se encuentra un huaco retrato en el norte con esas características como la variación en el asa, que podría suponerse que se trate de un estilo local de hacer ese tipo de piezas”, anotó.
Además, entre sus pertenencias se encontraron dos copas cónicas, una de color oscuro y otra de color rojo que se vinculan en esta cultura a los sacerdotes y sacrificios.
Igualmente, una vasija de un sapo estilizado que en los mitos mochicas se asocia a la fertilidad y los entierros.
“Por su contenido cultural se plantea que pueda tratarse de un hombre sacrificado y la tumba de un sacerdote sacrificador”, apuntó.
“Posiblemente las tumbas 11 y 14 fueron ubicadas dentro del mismo período cultural y durante el mismo evento. Puede haber una relación ritual entre ambas”, dijo.
Alva informó que también que se han encontrado muchos cuerpos de niños. “Van hasta ahora 14 tumbas, la mayoría de neonatos, infantes así como algunos adultos sin ofrendas, parece que fueran muy posteriores a los Mochica, serían Lambayeque o Chimú”, indicó.
Los restos son analizados por el antopólogo Mario Millones, cuyos resultados determinarán características como la edad de los personajes.
“Las investigaciones continuarán por unos meses más y el equipo técnico mantiene una gran expectativa para aportar al conocimiento y la evolución de las culturas en este monumento que refleja una extraordinaria estratigrafía horizontal de 4,500 años desde los orígenes de la cultura hasta la época inca. Este capítulo de la cultura Mochica constituye un nuevo aporte”, enfatizó.
Conservación e investigación
Por su parte, el director de la Unidad Ejecutora Nº 005-Naylamp, Celso Sialer Távara, informó que en lo que va del año se ha invertido alrededor de 500 mil nuevos soles en trabajos de protección, conservación e investigación del proyecto arqueológico Ventarrón-Collud.
“Esto representa un 50 por ciento del presupuesto asignado que asciende a un millón de soles”, anotó.Manifestó que las investigaciones en este sitio arqueológico continuarán en esta temporada 2011. “Se viene trabajando el perfil para la construcción del museo de sitio de Ventarrón, donde se exhibirán los hallazgos arqueológicos."
"Con la puesta en valor de este importante patrimonio prehispánico, cuna de la civilización del norte del país, se consolidará el proceso histórico y el circuito turístico de la región Lambayeque”, concluyó.
(FIN) SDC/JOT
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